Limbo significado bíblico ¿Qué significa según la Biblia? Definición completa Definición, El significado bíblico de limbo hace referencia a un lugar ubicado en la orilla del infierno de fuego. Allí van las almas de las personas que fueron justas antes de que Jesucristo viniera a la tierra. También las de los niños que no se bautizaron antes de morir.
¿Qué es el limbo y dónde se encuentra?
Del limbo al cielo sin pasar por el purgatorio El temido limbo, localizado entre el cielo y el infierno según una tradición católica surgida en la Edad Media, va a ser enterrado definitivamente por la Iglesia esta misma semana. El problema es que, una vez abolido ese lugar sin gloria ni tormento, ¿a dónde se supone que van los niños muertos sin bautizar? Una Comisión Teológica Internacional, que reflexiona sobre este enigma desde ayer en el Vaticano, los quiere enviar directamente al paraíso gracias a ‘la infinta misericordia de Dios’.
- Más información Decían los catecismos clásicos que el limbo de los niños o de los justos era un lugar del más allá al que iban a parar quienes morían sin uso de razón y sin haber sido bautizados.
- Los bebés muertos no han cometido pecados, por lo que su sitio no es el infierno, pero cargan con la culpa del pecado original, por lo que tampoco deberían subir al cielo.
Así, su destino era hasta ahora una tercera clase de cavidad distinta del cielo y el infierno, donde pasarían la eternidad sin pena ni gloria. Allí, estas almas cándidas, además de estar privadas de la presencia de Dios, sufrían la ausencia de quienes habían tenido la fortuna de salvarse: padres, hermanos y demás familia.
- Este lugar fue descrito por Dante Alighieri en la Divina Comedia,
- El ‘noble castillo’ de Dante El poeta italiano lo describe en el siglo XIII como un lugar lleno de almas que no conocieron en vida a Dios.
- En el ‘noble castillo’, ubicó el hogar de Virgilio, un lugar sin pena ni sufrimiento y de deseo incumplido, donde se encontraban los niños no bautizados, los guerreros ilustres y respetables personalidades a las que se les impedía para siempre ver a Dios.
Este lugar gris ha sido objeto de disputas en el seno de la Iglesia desde la antigüedad. El Concilio de Cártago, celebrado en el año 418 después de Cristo, le negó a los niños sin bautizo poder alcanzar la felicidad eterna. Para San Agustín (357-430) el ‘limbo para los niños’ tenía que ser eterno porque el pecado original es eterno si no es borrado por el bautizo.
- Esos principios, que nunca han sido doctrina de la Iglesia Católica sino una proposición teológica, se impusieron a lo largo de los siglos, pese a que Santo Tomás (1225-1227) admitió de que esos niños ‘son por naturaleza beatos’.
- Después del Concilio Vaticano II (1962-1965), el concepto fue abandonado y cayó en el olvido, hasta el punto de que el Catecismo en vigor confía, sin elaborar demasiado el nuevo discurso, el destino de los no bautizados ‘a las manos de Dios’.
Pero el limbo nunca fue oficialmente abolido hasta la llegada de Juan Pablo II. El anterior papa, que empezó por desmontar la visión tradicional del cielo, el infierno y el purgatorio -desde el verano de 1999 ya no son lugares físicos, arriba y debajo de la Tierra, sino estados de ánimo: la presencia de Dios es el cielo y su ausencia, el infierno-, ordenó en octubre de 2004 al cardenal Joseph Ratzinger hacer lo mismo con el lugar hasta ahora llamado limbo.
Para ello, se creó una Comisión Teológica Internacional, liderada por el entonces todopoderoso prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antigua Inquisión) y actual Benedicto XVI. Esta comisión está presidida desde abril por el arzobispo William Joseph Levada, que sustituyó en el cargo a Ratzinger.
La hermana muerta de Juan Pablo II Los trabajos de la Comisión arrancaron ayer y se centran en primer lugar en analizar ‘la suerte de los niños muertos sin bautismo en el contexto del diseño de salvación universal de Dios, de la unicidad de la mediación de Cristo y de la sacramentalidad de la Iglesia para la salvación’.
Esto quiere decir que los teólogos del Vaticano quieren salvar a los niños del limbo para conducirlos directamente al paraíso gracias a ‘la infinta misericordia de Dios’. Pueden hacerlo porque esta creencia, conservada durante siglos, jamás fue transformado en dogma por la Iglesia. Al término del seminario, esta misma semana, será aprobado el documento que decretará la desaparición del limbo.
Cuentan que el asunto del limbo fue considerado del ‘máximo interés’ por Juan Pablo II a causa de un duro golpe que recibió en su infancia. Cuando Karol Wojtyla tenía nueve años, su madre falleció al dar a luz a una niña que vino al mundo muerta. Desde entonces, al Papa polaco nunca dejó de preocuparle el destino del alma de su hermana muerta. Descent into Limbo, de Andrea Mantegna, (1430-1506), subastado en 2003 en la Sotheby’s de Nueva York. : Del limbo al cielo sin pasar por el purgatorio
¿Cómo se puede salir del limbo?
Respira. Prueba lo que se llama «Respiración en caja», en la que inhalarás durante 4 segundos, aguantarás durante 4 segundos, exhalarás durante 4 segundos, aguantarás durante 4 segundos y así sucesivamente hasta que te sientas menos alterado.
¿Qué Papa dijo que el limbo no existe?
La Iglesia Católica elimina el limbo LOS NIÑOS MUERTOS NO BAUTIZADOS IRÁN AL CIELO
La Congregación para la Doctrina de la Fe ya dijo que era una hipótesis teológica El limbo ‘reflejaba una visión excesivamente restrictiva de la salvación’ Era un problema pastoral urgente por el importante número de niños no bautizados
El Papa Benedicto XVI bautiza a un niño el pasado 8 de enero. (Foto: EFE) Actualizado sábado 21/04/2007 05:14 () JUAN LARA (EFE) CIUDAD DEL VATICANO,- La Iglesia Católica ha eliminado el limbo, el lugar donde la tradición católica colocaba a los niños que morían sin recibir el bautismo, al considerar que refleja una ‘visión excesivamente restrictiva de la salvación’.
- Así se afirma en un documento publicado por la Comisión Teológica Internacional, que depende de la Congregación para la Doctrina de la Fe y está convencida de que existen ‘serias razones teológicas para creer que los niños no bautizados que mueren se salvarán y disfrutarán de la visión de Dios’.
- Esta comisión estudiaba desde hace varios años el tema del limbo y la publicación del documento -muy esperado- ha sido autorizada por el papa Benedicto XVI.
El limbo nunca fue considerado un dogma de la Iglesia y no está mencionado en el Catecismo. En 1984 cuando el actual Papa ejercía de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ya afirmó que el limbo era ‘sólo’ una ‘hipótesis teológica’ y que lo mejor sería no tenerlo en cuenta.
¿Cuál es el punto medio entre el cielo y el infierno?
163 Esta semana de Pascuas se da en un contexto de renovada fe religiosa por la reciente elección de Francisco, el primer papa no europeo, Un argentino que rompe los protocolos, busca estar más cerca de los fieles y es un defensor del diálogo interreligioso, ‘El cielo es aquello a lo que estamos destinados todos los hombres, Es la unión con Dios para siempre. Aquí no lo podemos ver, pero en el cielo podemos estar cara a cara con él y amarlo absolutamente, Precisamente para que podamos tener ese destino, que es el que quiere Dios para todos los hombres, Cristo ha muerto por nosotros en la cruz.
- Todo aquel que quiera ser fiel a Dios puede ser salvado’, describe a Infobae América ‘ Tanto el cielo como el infierno son dos lugares reales,
- Estados reales donde va a encontrarse cada persona humana después de esta vida’, agrega.
- Pero no todos piensan igual dentro del cristianismo.
- Trigo expresa la visión de la Iglesia Católica, que en muchos puntos difiere del protestantismo,
‘ El cielo y el infierno deben ser pensados en término simbólicos, El primero aparece como el lugar donde están Dios, los ángeles, y los creyentes que han sido fieles a él. La Biblia se maneja con una concepción propia de cuando fue escrita, en la que se pensaba como un lugar que está arriba, mientras que el infierno estaría abajo.
- Pero esto pertenece al horizonte científico de la época ‘, explica Hugo Santos, pastor del Iglesia Evangélica Metodista y profesor del Instituto Superior de Estudios Teológicos,
- Algunos han querido ir muy lejos con algunos textos bíblicos, como si efectivamente pudieran conocer ciertas realidades.
Yo más bien me inclino a pensar que sobre el cielo y el infierno hay una serie de misterios a los que no tenemos acceso, Los cristianos creemos que la muerte no detiene la relación de la persona con Dios, sino que hay una realidad que va más allá. Ahora, cómo es bueno, suponemos que es mejor que la de esta tierra, pero nadie fue y volvió como para contarnos lo que hay ‘, agrega.
- Pero las diferencias en cuanto al significado y a las características del cielo son aún más marcadas con la religión judía.
- Nuestra alma existía antes de venir aquí y habitaba un mundo espiritual llamado cielo.
- Pero venimos para hacer una misión, para cumplir con nuestro propósito, que es traer a Dios a este mundo y así convertirlo en un lugar divino, de bondad, de convivencia y de unión.
Cuando la persona cumple con esa misión, como consecuencia -no como recompensa- se adhieren a ella energías positivas y sagradas, y se conecta con la divinidad, Entonces su alma va a esperar a un lugar espiritual, también llamado cielo, aunque está a un nivel más elevado del que provino originalmente. ‘Pero esto es sólo un nivel intermedio, porque más tarde -continúa Levy-, el propósito último es la resurrección : que el alma vuelva dentro del cuerpo a este mundo para ver la divinidad que plantó. Eso se producirá con la llegada del Mesías, Entonces se podrá percibir a Dios en un nivel mucho más elevado que en el mundo espiritual.
- Para que esto ocurra hay que cumplir con los siete preceptos universales : no matar, no cometer adulterio, no hacer idolatría, no robar, tener justicia y bondad, y no maltratar a los animales.
- Así el mundo estará preparado y divinizado para poder traer a Dios de manera revelada’.
- Las profundidades del infierno ‘El infierno es el estado de las personas que mueren en pecado mortal sin querer arrepentirse,
Es el alejamiento eterno de Dios, es no querer estar con él para toda la eternidad. Esta vida va en serio, no es un jueguito en el que da igual lo que hagas. No, Dios nos ha creado sin nuestra voluntad, pero sólo nos salva con nuestra libertad: podemos decirle sí a Dios, y eso es lo que él quiere porque busca nuestra felicidad, pero también podemos hacer un mal uso de esa libertad ‘, explica Trigo.
- En la simbología cristiana -dice Santos- es un lugar de castigo para los pecadores : aparece como un lugar de fuego inextinguible por la idea del juicio divino.
- Algunos están convencidos de que el castigo va a ser feroz y que el infierno, que ya no es necesariamente concebido como un lugar de fuego, supone la extinción de la persona,
Otros piensan que Dios no es sádico y que la misericordia también llegará a los pecadores’. ‘Pero lo único que podemos hacer es hablar es desde la fe. A algunos les gusta mencionar el infierno e infundir miedo en los no creyentes bajo la amenaza del juicio eterno.
- Yo prefiero hablar más de esta vida, y pensarla cerca de Dios como un anticipo de una vida realizada y plena más allá de la muerte’, agrega el pastor.
- Otro punto de conflicto y sobre el que hay muchas dudas es el purgatorio, ese lugar que suele ser entendido como un punto medio entre el cielo y el infierno.
‘ El purgatorio es un estado previo al cielo, La doctrina de la Iglesia afirma que las personas que mueren en gracia de Dios, pero que aún no se han purificado plenamente, tienen que pasar por él antes de entrar al cielo, Esas almas saben que se van a salvar y por eso están llenas de esperanza.
Para estar con Dios hay que estar enamorado de él. El purgatorio es un estado en el que las personas se enamoran cada vez más de Dios’, cuenta Trigo. Aunque a algunos pueda llamar la atención, para el judaísmo no existe el infierno per se. Sólo se habla del cielo y del purgatorio. ‘ Si la persona hizo cosas malas en este mundo, lo que tiene que hacer es limpiar esa suciedad antes de la elevación espiritual.
Eso se llama purgatorio, que no es un lugar, sino la instancia de limpieza, No hay nadie que no haya hecho cosas buenas, por eso el purgatorio no es nunca algo definitivo, La excepción a la regla son las personas que causaron una destrucción demasiado grande, abriendo el camino para que otros sigan destruyendo. ‘ se ha referido al diablo hablando de la tristeza y del desánimo, una de las tentaciones que pueden deberse a él -dice Trigo. Nos damos cuenta de que somos débiles y pecadores, y Satanás nos tienta de ese modo: ¿para qué seguir intentando hacer el bien a los demás si total somos pecadores? El Papa nos ha dicho que tenemos que rechazar esas tentaciones.
Somos pecadores pero siempre contamos con el perdón de Dios, que es misericordioso. Hay que ser humildes, pedir perdón y seguir luchando’. ¿Pero qué o quién sería exactamente el diablo? ‘Por la revelación divina sabemos que Dios creó a los ángeles -continúa el sacerdote. Así como con nosotros, que somos temporales por ser corporales, quiso que los ángeles, que son espíritus puros sin cuerpo, ejerciesen su libertad, pero en un solo acto, diciendo sí o no a Dios.
Los que dijeron que sí son los que consideramos ángeles. Los que respondieron que no, por soberbia y para no reconocer que Dios es Dios, son los diablos, Satanás es uno de estos ángeles, el más perfecto ‘. ‘Su existencia es real. Trata de tentar a los hombres para que se aparten de Dios.
- Pero el diablo nada puede contra nosotros, que somos libres para decir que sí o que no ante las tentaciones.
- No es otro Dios, uno malo, es una criatura de Dios’, agrega Trigo.
- La figura del diablo es controversial -afirma Santos.
- En el antiguo testamento era sinónimo de enemigo.
- Después, en el Libro de Job aparece como una suerte de fiscal de la corte de Dios,
Algunos creen en un diablo real y concreto. Pero otros nos inclinamos a pensar que el pecado no es un problema de un diablillo que se nos mete adentro, sino que somos nosotros mismos, Uno podría hablar de lo demoníaco, pero en un sentido simbólico’. La duda que angustia a muchos creyentes es cómo es posible que Dios, siendo el bien absoluto, haya podido crear un ser cuyo fin es pervertir a los hombres,
Dios creó ángeles, que están bajo su control. Algunos tienen una misión divina para algo bueno, y otros tienen una misión divina para algo malo, como incitar a las personas a hacer el mal. El líder de la maldad es el Satán, encargado de todos los ángeles negativos, que igualmente está sometido a Dios’, precisa Levy.
‘ Dios lo creó para poder dar libre albedrío a las personas, al incitarlas a hacer el mal, pero posibilitando que éstas elijan hacer el bien. Si no existiera la oscuridad y sólo hubiera luz, no habría libre albedrío ‘, concluye.
¿Quien cuida el purgatorio?
Ante Purgatorio – Dante y Virgilio se encuentran con Sordello, escultura de Cesare Zocchi, Canto 7. En las orillas del Purgatorio, Dante y Virgilio encuentran a Catón, un pagano que ha sido nombrado por Dios guardián del pie del monte. En la zona baja de la pendiente (llamada ‘Antepurgatorio’ por los comentadores), ellos llegan a conocer dos clases principales de almas cuya penitente vida cristiana fue retardado o deficiente: Los excomulgados y los arrepentidos de forma tardía,
- Los Primeros son detenidos aquí por un periodo treinta veces de largo como su periodo de contumacia o terquedad.
- Los segundos incluyen a los demasiado perezosos o preocupados por su arrepentimiento, y aquellos que se arrepintieron en el último minuto sin haber recibido formalmente la unción de los enfermos, como resultado de muertes violentas.
Estas almas serían aceptadas en el Purgatorio gracias a su genuino arrepentimiento, pero tendrían que esperar ahí por un tiempo igual al tiempo que permanecieron en la tierra. Entre los excomulgados se encuentra Manfredo de Sicilia (Canto III). Entre los perezosos se encuentra Belacqua, con lo que Dante se encuentra aliviado de encontrarlo aquí y no en el infierno(Canto IV): ‘.
Belacqua, ya más de ti no me conduelo;,’ Entre los que no recibieron la última unción se encuentra Pia d’Tolomei de Siena, quien fue asesinada por su esposo, Nello della Pietra de la Maremma (Canto V): ‘Quizá recuerdes que soy La Pia; Siena me hizo, y Maremma me deshizo: saberlo tiene quien, cuando casados fuimos, plegaria suya me dio y luego, como alianza nupcial una de sus gemas.’ En esta categoría también está Sordello, quien como Virgilio, era de Mantua,
Cuando Sordello descubre la identidad del eminente poeta, llega a inclinarse en honor a él. Esto ayuda a mantener a Virgilio en primer plano dentro del poema, ya que (como residente del Limbo) Virgilio era el menos calificado como guía aquí que como lo era en el infierno.
Como residente del Purgatorio, Sordello está capacitado para explicar la Regla de la Montaña : que luego de la puesta del sol las almas son literalmente incapaces de seguir escalando más peñas. Alegóricamente, el Sol representa a Dios, significando que el progreso en la penitente vida cristiana solo puede llegar a hacerse mediante la Gracia divina (del Cantos VI al VII).
Desde que el Sol se pone, Dante y sus compañeros se detienen para pasar la noche en un hermoso valle donde llegan a conocer a personas a quienes sus preocupaciones acerca de sus deberes públicos y personales obstaculizaron su progreso espiritual, especialmente fallecidos monarcas como Rodolfo I, Otakar, Felipe el Calvo, y Enrique III (Cantos VII y VIII).
Purgatorio, Canto VIII, 1–6 (Longfellow) | Don Juan, Canto 3, CVIII, 1–6 |
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Era ya la hora cuando la nostalgia vuelve a los navegantes y les enternece el corazón el día que a los dulces amigos han dicho adiós; y cuando del mar el nuevo peregrino de amor se acongoja oyendo a lo lejos la esquila como si el día llorara que se muere; | Dulce momento! tu que mueves los deseos y derrites el corazón de aquellos que navegan el mar, en el primer día cuando ellos de sus dulces amigos son alejados; O cuando llenas de amor al peregrino en su camino Tal como las campanas vespertinas lo hacen comenzar, Pareciendo que llorara la muerte del día que se va; |
Caminando desde un sueño, Dante se da cuenta de que había sido llevado a la puerta correcta del purgatorio. Esta puerta tiene tres caminos: Blanco pulido (reflejando la pecaminosidad del verdadero yo del penitente), Negro (el color del luto, con grietas en forma de Cruz ), y Roja (simbolizando la sangre de Cristo y la restauración de la vida plena o verdadera) (Canto IX).
¿Qué es lo que hay entre el cielo y el infierno?
El purgatorio -ni cielo ni infierno – era más difícil de entender.
¿Qué pasa con los niños que no están bautizados?
NOTICIA 20.04.2007 – 20:00h
El limbo ha sido abolido oficialmente.Tras más de un año y medio de reflexiones y debates. El limbo consistía en un lugar ‘sin tormento pero alejado de Dios’.
Tras un año y medio de reflexiones, los teólogos del Vaticano han decidido cambiar oficialmente el destino de los niños que mueren sin ser bautizados. A partir de ahora, y de acuerdo con la doctrina católica, las almas de estos menores irán al Cielo y no al limbo, este último una suerte de lugar ‘sin tormentos, pero alejado de Dios’.
Hay bases teológicas y litúrgicas serias para creer que cuando mueren, los bebés no bautizados se salvan El motivo por el que los pequeños, aún sin haber pecado en la Tierra, se quedaban en este ‘estado permanente’ era que al no haber recibido el sacramento del bautismo, conservaban la culpa del ‘pecado original’ cometido por Eva en el Paraíso.
Para su abolición, los teólogos han considerado que el limbo es ‘una visión demasiado restrictiva de la salvación’. ‘Nuestra conclusión es que hay bases teológicas y litúrgicas serias para creer que cuando mueren, los bebés no bautizados se salvan’, han escrito.
¿Qué es el purgatorio para la Iglesia Católica?
El tiempo solo pertenece a Dios – Pero también estaba usurpando algo a Dios: el tiempo. Devolver el capital más un interés implicaba un tiempo de trabajo para lograr la suma y satisfacer al usurero. El usurero era un ladrón de tiempo. Y el tiempo sólo pertenecía a Dios.
- En realidad, el crédito era permitido por la Iglesia cuando se realizaba con pueblos extranjeros, especialmente con los que se mantenían conflictos abiertos, como un modo de explotar al enemigo en tiempos de guerra.
- Esta concepción benefició especialmente a los judíos, para los que los cristianos eran considerados un pueblo diferente.
A ellos, por tanto, podrían financiarles librándose del pecado. En cambio, los cristianos reconocían a los judíos como miembros de su misma comunidad, por lo que su actividad prestamista lícita se reducía a la mínima expresión. Así las cosas, bien entrado el siglo XII, eran los judíos los únicos banqueros disponibles, pero el florecimiento económico y la mayor circulación monetaria desbordó todas sus capacidades: se hizo necesario que los cristianos también pudieran prestar y obtener ganancias por ello.
- El capitalismo como nuevo modelo económico se estaba forjando con tal fuerza, que la Iglesia se vio obligada a reconducirse para adaptar su doctrina al ‘poderoso caballero’ de Quevedo.
- Este cambio de mentalidad en la Iglesia permite que en el siglo XIII surjan artilugios de justificación para operaciones relacionadas con la usura, como el Periculum Sortis, que contemplaba el riesgo de perder el capital prestado.
O la Ratio Incertitudinis, el cálculo de la inseguridad que se contrae en este servicio. Pero era necesario algo más, un ingenio aún más complejo que exonerara del infierno a los cristianos dedicados a brindar crédito sin que la cúpula eclesiástica perdiera el suyo.
- El Purgatorio fue moldeado para este fin.
- La idea del Purgatorio, un lugar similar al infierno pero, a diferencia de éste, temporal, emerge por primera vez en el Tractatus de Purgatorio Sancti Patricci, un texto en latín del año 1180 escrito por el monje inglés Henry de Saltrey.
- El clérigo relata el viaje de Owein, un caballero irlandés que busca purgar sus pecados, para lo que accede a una cueva cuya entrada sitúa en el lago Derg de Irlanda.
En su periplo por la cueva, descubre un mundo poblado por demonios que torturan a las almas con múltiples padecimientos y les enseñan el camino hacia la salvación celestial. Owein es arrojado al fuego, torturado y forzado a cruzar un río fétido lleno de criaturas maléficas, pero la mención del nombre de Cristo le salva de ser destruido en cada encrucijada.
Cuando logra atravesar el río, en cuyo fondo se esconde la puerta del Infierno, la recibe una única salida que conduce directamente al Paraíso. Dos arzobispos reciben a Owein y le acompañan por un paraje lleno de flores, dulces perfumes y música. Le explican que se encuentra en un lugar en el que las almas descansan tras haber sido purificadas en el Purgatorio, como paso previo a la entrada al Cielo.
La idea de un espacio que funcionase como antesala del Edén para que los cristianos pudieran cumplir penitencia una vez muertos iba como un guante a las nuevas necesidades económicas que imponía el capitalismo. Especialmente, a su actividad fundamental: el préstamo con intereses.